Edición 2

Fecha 2020

ISBN 978-987-3886-81-2

Páginas 376

Tapa Rústica

El Derecho Constitucional. El Estado y sus elementos

Teoría de la Constitución

El federalismo

La actividad económica del Estado

Los derechos subjetivos y el Estado de sitio

La representación política

El Órgano Legislativo Congreso de la Nación

El Órgano Ejecutivo de Gobierno

El Órgano Judicial

Bibliografía

 

Prólogo:

Es un gusto presentar Derecho Público Constitucional, de Félix V. Lonigro, una obra al estilo de los buenos manuales de la disciplina, pero que aquí tiene como destinatarios, aparte de estudiantes de derecho, los de carreras próximas, como Ciencias Económicas, que también incluyen en su currícula a esta materia.

Esa orientación justifica a menudo que el autor desarrolle un esfuerzo pedagógico especial, como es el de introducir al lector en temas que en Abogacía pueden darse ya por sentados, por haberlos estudiado los alumnos en otras asignaturas, pero que en escenarios universitarios distintos cabe explicar con mayor llaneza y datos previos.

Lonigro, abogado por la Universidad de Buenos Aires, tiene una dilatada trayectoria como docente en la Facultad de Derecho y en la de Ciencias Económicas de esa casa de estudios. Se desempeña también en universidades privadas, y ya es un veterano autor que ha publicado varios libros sobre Derecho constitucional argentino.

Ha ejercido su profesión especialmente en el ámbito de la función pública, pero, polifacético como es, complementa su despliegue personal en el ámbito periodístico, donde igualmente ha ditado más de un centenar de notas en diarios de primera línea y revistas generales o jurídicas especializadas. Incursiona igualmente en espacios radiofónicos, en los que conduce programas vinculados con el Derecho público.

Buen expositor y polemista (tuve oportunidad de conocerlo y meritar sus cualidades en el Seminario sobre Derecho Procesal Constitucional profundizado, que dirijo en la Facultad de Derecho X Derecho Público Constitucional Lonigro de la Universidad de Buenos Aires), sus reflexiones son agudas y motivantes. Digamos, por añadidura, que no se suma a los expertos en lugares comunes o en discursos a la moda (por más que ella sea académica), sino que prioriza la franqueza y el sentido común, con una fuerte dosis de sinceridad y realismo que huye del aplauso fácil o del diletantismo demagógico. Valga como ejemplo su frontal tutela de la libertad de circulación, agraviada hoy cotidianamente por cortes de rutas y arterias urbanas, ejecutados por la fuerza, en los que sus protagonistas no dudan tampoco en emplear la violencia para castigar físicamente a quien, haciendo uso de un derecho constitucional explícito, desee transitar libremente por el territorio argentino.

En resumen, tal feliz heterogeneidad en la vida de Lonigro va a potenciarlo para encarar con soltura la empresa que ahora enfrenta. Estas pinceladas son útiles, por tanto, para entender el ritmo decididamente ágil que tiene este Derecho Público Constitucional, que con un lenguaje directo y accesible aborda los puntos vitales de nuestra materia. Lo hace, también, con innegables cualidades didácticas, donde exhibe la virtud de seleccionar, para su tratamiento, la esencia de los temas enfocados. Se trata, en efecto, de encarar un trabajo de ardua síntesis, que pone a prueba el olfato del autor para detectar qué es lo principal y qué lo accesorio. Tarea nada simple, por cierto, en un campo tan dilatado y cambiante como es el Derecho constitucional.

El carácter comprimido de este tomo explica, entonces, que no tenga carácter enciclopédico, ni que pretenda abarcar todo el plexo doctrinario y jurisprudencial vertido en la temática constitucionalista. Apremiado por la tensión existente entre un panorama amplísimo y la brevedad de un compendio, el autor optó (y es una alternativa intelectualmente legítima) por una lectura fundamentalmente propia de esa rama del derecho, con un ritmo casi coloquial y dialógico con el lector, ceñido a los puntos claves de la disciplina.

El desarrollo del libro, sin ser excéntrico, se aparta en buena medida del diagrama tradicional. Cabe mencionar que sus capítulos básicos abordan —en este orden— el Estado, la teoría de la Constitución, el federalismo, la actividad económica del Estado, los derechos subjetivos, las garantías constitucionales, los delitos y Prólogo XI las emergencias constitucionales, la representación política y, finalmente, los tres órganos clásicos del Estado, para concluir en el ahora independiente Ministerio Público. En conclusión, hay un análisis integral del texto de nuestra Ley Suprema, bien que, repetimos, con una programación autoral distintiva.

El lector va a encontrar un texto sumamente actualizado, con descripciones y encuadres del material fáctico y normativo argentino atractivamente propuestos. De hecho, por ejemplo, los concernientes a la aplicación de la Ley de Acefalía, al curso de las presidencias, el sistema electoral y los partidos políticos, lucen entre los más claros y logrados que existen en la literatura especializada. Con cierta frecuencia, se exponen, también de manera interesante, los antecedentes patrios, con lo que se obtiene un ilustrativo engarce entre el pasado y el presente.

A ello se suman reflexiones críticas donde el autor enjuicia con energía normas y comportamientos de los operadores políticos de la constitución. En un país donde desde tiempo atrás impera la anomia y el “todo vale”, que padece concomitantemente de un alto grado de desconstitucionalización, agravado por interpretaciones mutativas frecuentemente corruptoras de la Ley Suprema, y, cuando no, infracciones directas a ella, perpetradas a menudo por agentes gubernativos pero acompañados de la complicidad o el silencio evasivo de gran parte de la sociedad, el tono de denuncia que campea en varias de sus páginas torna particularmente atrayente a este meritorio compendio del derecho constitucional nacional.

En definitiva, no es dudoso pronosticar una buena acogida del volumen, que cumple las metas fijadas y se proyecta, tanto por su lenguaje como por su tónica, tal vez sin proponérselo, al público en general.

Néstor P. Sagüés

Derecho público constitucional. Nueva edición Lonigro, Félix V.

Derecho público constitucional. Nueva edición Lonigro, Félix V.
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Edición 2

Fecha 2020

ISBN 978-987-3886-81-2

Páginas 376

Tapa Rústica

El Derecho Constitucional. El Estado y sus elementos

Teoría de la Constitución

El federalismo

La actividad económica del Estado

Los derechos subjetivos y el Estado de sitio

La representación política

El Órgano Legislativo Congreso de la Nación

El Órgano Ejecutivo de Gobierno

El Órgano Judicial

Bibliografía

 

Prólogo:

Es un gusto presentar Derecho Público Constitucional, de Félix V. Lonigro, una obra al estilo de los buenos manuales de la disciplina, pero que aquí tiene como destinatarios, aparte de estudiantes de derecho, los de carreras próximas, como Ciencias Económicas, que también incluyen en su currícula a esta materia.

Esa orientación justifica a menudo que el autor desarrolle un esfuerzo pedagógico especial, como es el de introducir al lector en temas que en Abogacía pueden darse ya por sentados, por haberlos estudiado los alumnos en otras asignaturas, pero que en escenarios universitarios distintos cabe explicar con mayor llaneza y datos previos.

Lonigro, abogado por la Universidad de Buenos Aires, tiene una dilatada trayectoria como docente en la Facultad de Derecho y en la de Ciencias Económicas de esa casa de estudios. Se desempeña también en universidades privadas, y ya es un veterano autor que ha publicado varios libros sobre Derecho constitucional argentino.

Ha ejercido su profesión especialmente en el ámbito de la función pública, pero, polifacético como es, complementa su despliegue personal en el ámbito periodístico, donde igualmente ha ditado más de un centenar de notas en diarios de primera línea y revistas generales o jurídicas especializadas. Incursiona igualmente en espacios radiofónicos, en los que conduce programas vinculados con el Derecho público.

Buen expositor y polemista (tuve oportunidad de conocerlo y meritar sus cualidades en el Seminario sobre Derecho Procesal Constitucional profundizado, que dirijo en la Facultad de Derecho X Derecho Público Constitucional Lonigro de la Universidad de Buenos Aires), sus reflexiones son agudas y motivantes. Digamos, por añadidura, que no se suma a los expertos en lugares comunes o en discursos a la moda (por más que ella sea académica), sino que prioriza la franqueza y el sentido común, con una fuerte dosis de sinceridad y realismo que huye del aplauso fácil o del diletantismo demagógico. Valga como ejemplo su frontal tutela de la libertad de circulación, agraviada hoy cotidianamente por cortes de rutas y arterias urbanas, ejecutados por la fuerza, en los que sus protagonistas no dudan tampoco en emplear la violencia para castigar físicamente a quien, haciendo uso de un derecho constitucional explícito, desee transitar libremente por el territorio argentino.

En resumen, tal feliz heterogeneidad en la vida de Lonigro va a potenciarlo para encarar con soltura la empresa que ahora enfrenta. Estas pinceladas son útiles, por tanto, para entender el ritmo decididamente ágil que tiene este Derecho Público Constitucional, que con un lenguaje directo y accesible aborda los puntos vitales de nuestra materia. Lo hace, también, con innegables cualidades didácticas, donde exhibe la virtud de seleccionar, para su tratamiento, la esencia de los temas enfocados. Se trata, en efecto, de encarar un trabajo de ardua síntesis, que pone a prueba el olfato del autor para detectar qué es lo principal y qué lo accesorio. Tarea nada simple, por cierto, en un campo tan dilatado y cambiante como es el Derecho constitucional.

El carácter comprimido de este tomo explica, entonces, que no tenga carácter enciclopédico, ni que pretenda abarcar todo el plexo doctrinario y jurisprudencial vertido en la temática constitucionalista. Apremiado por la tensión existente entre un panorama amplísimo y la brevedad de un compendio, el autor optó (y es una alternativa intelectualmente legítima) por una lectura fundamentalmente propia de esa rama del derecho, con un ritmo casi coloquial y dialógico con el lector, ceñido a los puntos claves de la disciplina.

El desarrollo del libro, sin ser excéntrico, se aparta en buena medida del diagrama tradicional. Cabe mencionar que sus capítulos básicos abordan —en este orden— el Estado, la teoría de la Constitución, el federalismo, la actividad económica del Estado, los derechos subjetivos, las garantías constitucionales, los delitos y Prólogo XI las emergencias constitucionales, la representación política y, finalmente, los tres órganos clásicos del Estado, para concluir en el ahora independiente Ministerio Público. En conclusión, hay un análisis integral del texto de nuestra Ley Suprema, bien que, repetimos, con una programación autoral distintiva.

El lector va a encontrar un texto sumamente actualizado, con descripciones y encuadres del material fáctico y normativo argentino atractivamente propuestos. De hecho, por ejemplo, los concernientes a la aplicación de la Ley de Acefalía, al curso de las presidencias, el sistema electoral y los partidos políticos, lucen entre los más claros y logrados que existen en la literatura especializada. Con cierta frecuencia, se exponen, también de manera interesante, los antecedentes patrios, con lo que se obtiene un ilustrativo engarce entre el pasado y el presente.

A ello se suman reflexiones críticas donde el autor enjuicia con energía normas y comportamientos de los operadores políticos de la constitución. En un país donde desde tiempo atrás impera la anomia y el “todo vale”, que padece concomitantemente de un alto grado de desconstitucionalización, agravado por interpretaciones mutativas frecuentemente corruptoras de la Ley Suprema, y, cuando no, infracciones directas a ella, perpetradas a menudo por agentes gubernativos pero acompañados de la complicidad o el silencio evasivo de gran parte de la sociedad, el tono de denuncia que campea en varias de sus páginas torna particularmente atrayente a este meritorio compendio del derecho constitucional nacional.

En definitiva, no es dudoso pronosticar una buena acogida del volumen, que cumple las metas fijadas y se proyecta, tanto por su lenguaje como por su tónica, tal vez sin proponérselo, al público en general.

Néstor P. Sagüés